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Salir de tu zona de confort

Salir de tu «zona de confort», conlleva SACRIFICIO

Si leíste parte de mi historia ayer, hoy te voy a contar qué es lo que me salvó la vida.

Después de varios meses de buscar mi camino, descubrí que lo que realmente me hacía feliz y me llenaba al 100% era hacer felices a otras personas regalándoles momentos inolvidables en forma de pastelería.

Ahí si estaba mi lugar, y ¿por qué no intentarlo?

Eso sí, implicaba  cambiar toda mi vida e irme fuera a FORMARME en este nuevo oficio que tanto me apasionaba. No fue tarea fácil encontrar una escuela que encajara con todo lo que yo buscaba, buscaba una formación diferente y muy práctica que me permitiese adquirir destreza y habilidad en un periodo de tiempo relativamente corto pues necesitaba trabajar. Buscaba formarme con grandes profesionales a los que admiraba por su gran trabajo y labor y poder absorber como una esponja lo mejor de cada rincón por el que iba a pasar.


De esta manera aterricé en Valladolid y esa fue mi ciudad durante un año aproximadamente donde me formé y mientras realizaba prácticas por varias  pastelerías para aprender las diferentes técnicas.

Para mí las horas no contaban ni eran suficiente en comparación con las ganas que tenía de hacerme en hueco dentro de esta profesión. No tenía ni un sólo segundo que perder y estaba super enfocada en lo que quería.

Después de tener una base sólida de conocimientos y haber adquirido un poco más de habilidad y destreza decidí que no era suficiente y era el momento de dar el gran salto e irme a esa ciudad donde para mí es la cuna de la formación y de la pastelería: Barcelona.

No fue una etapa fácil pero quizás fue una de las etapas de mi vida donde más he aprendido tanto a nivel profesional como personal. Allí fue donde realmente descubrí el significado de las palabras TRABAJO y
SACRIFICIO.

Conocí a grandes profesionales de la talla de Carles Mampel, Javier Guillén, Alejandro Montes, Xavier Barriga, Daniel Álvarez, Yann Duytsche, entre muchos otros, y aprendí muchísimo de ellos, aproveché
cada oportunidad y cada segundo que tuve para absorber cada palabra, técnica o simple demostración.

Me di cuenta que realmente las horas ni los días pesan cuando tienes un OBJETIVO CLARO y la pasión te sirve de motor para continuar.

Tuve muchos días duros y no tan buenos, momentos en los que quieres tirar la toalla, pero en esos momentos es cuando tienes que parar y echar una vista hacia atrás y observar todo lo que has CONSEGUIDO por ti misma, gracias a tu ESFUERZO, CONSTANCIA y VALOR en tan poco tiempo.

Entonces es ahí donde paras y dices pues claro que voy a continuar.

Pero si quieres saber como continué, quédate y mañana te lo contaré :).

«Lo que tenemos que aprender, aprendemos haciéndolo». (Aristóteles)

¡Nos vemos mañana!

Con cariño

Lorena Barroso 
Gastrokook

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